Dinosaurios grabados en piedra:

 Las piedras negras del desierto peruano que demuestran que hay gente dispuesta a creer cualquier cosa
– Raúl Esperante
A menudo me preguntan sobre el origen y la autenticidad de las "piedras de Ica". Se trata de piedras de andesita lisas y redondeadas con gliptolitos (imágenes talladas) en su superficie. Obviamente, estos gliptolitos fueron obra de seres humanos (ver figura en la izquierda de la página), pero su interés radica en las imágenes representadas en ellos. Los gliptolitos que decoran las piedras de Ica representan tecnología avanzada y modernos procedimientos médicos, imágenes de otros planetas, animales similares a peces, figuras de dinosaurios que se asemejan a brontosaurios, triceratops, estegosaurios y pterodáctilos, y representaciones de dinosaurios coexistiendo con seres humanos. Para algunos creacionistas, estas piedras proporcionan pruebas objetivas, equivalentes al relato de un testigo ocular, de que humanos y dinosaurios coexistieron en efecto y de que los dinosaurios no murieron hace millones de años.[1]

La existencia de las piedras fue hecha pública por primera vez en 1961 por un agricultor en la localidad de Ocucaje, Perú, quien afirmó haber encontrado miles de ellas en una pequeña cueva cercana. El agricultor nunca informó de la localización exacta de la cueva, y aunque al principio sólo había podido recuperar unas pocas bolsas de piedras, aparecieron por miles en cuanto empezaron despertar el interés de los turistas. Como era de esperar, las piedras llamaron la atención en el mundo arqueológico y los expertos llegaron al lugar para examinarlas.

En 1966, el Dr. Javier Cabrera, un médico de la cercana ciudad de Ica, recibió una piedra tallada como regalo de cumpleaños que de inmediato llamó su atención porque parecía representar un pez primitivo. El Dr. Cabrera comenzó a reunir miles de estas piedras talladas, que el agricultor proporcionaba en gran cantidad. En la actualidad, la colección de piedras del Dr. Cabrera se exhibe en el Museo Gliptolítico de Ica. 2

Las piedras de Ica no se pueden datar porque no contienen materia orgánica, y la ubicación de las cuevas de donde supuestamente proceden se ha mantenido en secreto. A pesar de eso, mucha gente cree todavía en la autenticidad de estas piedras. ¿Existen pruebas fiables que apoyen esta creencia o son las piedras de Ica, al menos la mayoría de ellas, un engaño perpetrado por motivos económicos?

Hasta el momento, no se ha hecho ningún estudio científico exhaustivo sobre la autenticidad de las piedras de Ica, ni existe ninguna publicación al respecto en la literatura científica. La mayoría de la información sobre ellas ha sido proporcionada por diversos observadores, curiosos y coleccionistas que, en su mayor parte, carecen de los conocimientos geológicos, arqueológicos y geoquímicos necesarios para hacer una evaluación apropiada. Si se realiza una búsqueda en Internet se encuentran muchas páginas diferentes sobre el tema pero todas cuentan básicamente la misma historia, ya sea afirmando o negando la autenticidad de las piedras. En varias de estas páginas se afirma que las piedras son auténticas y que algunas fueron recolectadas hace varios siglos por los colonizadores españoles, pero que se perdieron posteriormente. En ningún lugar se cita la fuente de esta información, y yo mismo tampoco he podido encontrarla.

Las representaciones de los dinosaurios que aparecen en las piedras presentan algunos problemas importantes. Se afirma que las figuras son dibujos fieles de dinosaurios hechos por humanos que convivieron con ellos en un periodo reciente de la historia, pero los patrones que aparecen en la piel de los dinosaurios parecen haber salido de un cómic en lugar de haber sido copiados de una criatura real.3 Además, algunos de los dinosaurios tienen cinco dedos tanto en las extremidades delanteras como en las traseras, lo cual es completamente inexacto.

Conociendo al autor
Hace varios años, durante uno de mis viajes de investigación geológica con mi equipo, me presentaron a un hombre en el pueblo de Ocucaje, que estaba fabricando piedras grabadas. El hombre nos llevó a la parte trasera de su casa, donde tenía dos estanterías llenas de piedras de diferentes formas y tamaños, así como un poco de madera petrificada y otros fósiles. En una de las estanterías tenía piedras 'auténticas', que eran bastante más caras, y en la otra tenía las falsificaciones. Examinamos a fondo muchas de las piedras de las dos estanterías, pero nadie en el equipo pudo notar la diferencia. Tampoco el vendedor supo especificar en que se diferenciaban excepto en que había encontrado las auténticas en una cueva, y que eran muy antiguas.

En agosto de 2010 tuve el privilegio de conocer a una persona que ha estado fabricando “piedras de Ica” durante los últimos 40 años: Irma Gutiérrez de Aparcana, una señora de 71 años que vive en el tranquilo pueblo de Ocucaje (derecha). Ella me mostró algunas de las piedras negras que había grabado en el pasado, así como algunas figuras y máscaras de madera que vende a los turistas. Desde hace más de tres décadas la producción de estas piedras era tan rentable que proporcionaba ingresos suficientes para dos familias. Como yo iba a estar trabajando durante dos semanas en un proyecto geológico en un área del desierto cercana a Ocucaje, le pregunte a Irma si podía hacer unas cuantas piedras para mí. Ella me preguntó qué tipo de grabados quería en las piedras, y yo le pedí diferentes tipos de dinosaurios, sin mencionar ninguno en particular. Ella me dijo que ya no se dedica a eso, pero que sus nietos las tendrían hechas en unos pocos días. Cuando mi equipo y yo regresamos ya tenía una decena de piedras preparadas para nosotros (ver página anterior). Las piedras que le compramos tenían exactamente el mismo aspecto que las supuestas auténticas reliquias del pasado que se exhibían en la tiendas de la ciudad y en el museo de Ica.

Los creacionistas debemos ser muy cuidadosos y no apresurarnos a aceptar cualquier afirmación que parezca apoyar la idea de una Tierra joven sin tener en cuenta la fiabilidad de la información relacionada con dicha afirmación. Aunque algunas veces pueda existir evidencia consistente, en muchas ocasiones, como en el caso de las piedras de Ica, estas afirmaciones carecen de datos científicos que las apoyen. Incluso aunque algunas de estas representaciones fueran auténticas, eso no significaría  necesariamente que las criaturas representadas fueran dinosaurios ni que éstos coexistieran con los seres humanos.

La afirmación de que los dinosaurios y los seres humanos convivieron en un pasado reciente debe ser sostenida por pruebas científicas sólidas del ámbito geológico, paleontológico o arqueológico, y no por vestigios dudosos que, en la mayoría de los casos, no se pueden confirmar.

[1] Ver por ejemplo, D. Swift. 2005, Secrets of the Ica Stones and Nazca Lines. Proofs that Dinosaurs and Man Lived Together. Publicado por el autor.

2 El Museo exhibe aproximadamente 11000 piedras de las 15000 que se supone que existen. Se puede solicitar la visita.

3 Estos patrones consisten en circulos concéntricos y lineas paralelas, que no se encuentran en ningun animal.