La primera semana: un creyente científico lee Génesis 1

Por L. James Gibson

 

Introducción

Los Adventistas del Séptimo Día desean compartir las buenas nuevas (el “evangelio”) del carácter amoroso de Dios, y Su plan para rescatar a los seres humanos de los resultados de sus malas elecciones. En Apocalipsis 14:6, la creación es identificada como parte del Evangelio a ser predicado al mundo entero. Así, la interpretación adventista del relato de la creación deberá mostrar la manera en que la historia de la creación revela las buenas nuevas sobre Dios.

Las Escrituras revelan que la creación fue un proceso sobrenatural; por lo tanto, nuestra visión de los orígenes está moldeada por el registro bíblico. Génesis 1 (el capítulo primero del libro de Génesis) es el principal pasaje sobre la creación en las Escrituras. Por ende, un enfoque adventista sobre los orígenes debe empezar por Génesis 1. Sin embargo, las Escrituras proveen solamente un bosquejo general del proceso de la creación, y el texto parece escrito más bien como una descripción fenomenológica (sobre la base de la apariencia), de los eventos, y no como una descripción técnica. Esto deja numerosos puntos en el relato abiertos a diferentes interpretaciones.

La naturaleza también aporta información relativa a los orígenes, pero esta información es de difícil interpretación, por al menos tres razones.[2] La actividad sobrenatural puede estar fuera del alcance de nuestra comprensión. La naturaleza ha sido cambiada por los efectos del pecado. Los seres humanos generalmente escogen interpretaciones equivocadas de la naturaleza. Por lo tanto, aunque las pruebas de la naturaleza deben tomarse en consideración, las Escrituras deben ser el punto de partida para un enfoque adventista de los orígenes. No debe hacerse caso omiso al estudio de la naturaleza, ya que puede ayudar a aclarar algunas de las ambigüedades en el texto. Sin embargo, algunos misterios permanecerán como tales, incluso después de consultar tanto las Escrituras como la naturaleza.

No hubo testigos humanos del proceso de creación. Solamente Eva fue creada después de Adán, y él no pudo verlo; Dios lo hizo quedar inconsciente para realizar el proceso (probablemente no quería ninguna sugerencia). Las Escrituras son nuestra mejor fuente para aprender cómo se hizo todo. Y aún en las Escrituras, sin embargo, solo se nos da la descripción más elemental. Hay numerosos puntos en el relato que están abiertos a diferentes interpretaciones, pero aún así la imagen en conjunto es asequible para todos. Hablaré sobre algunos de estos aspectos en los párrafos siguientes.

Génesis 1:1.         En el Principio Creó Dios los Cielos y la Tierra

¿Cuándo fue el principio?

Aunque no sabemos la fecha, sabemos que el mundo tuvo un principio, como se asevera en Mateo 24:21. Podemos encontrar evidencias físicas de esto por la existencia de la radioactividad. Si la Tierra fuera eterna, no podríamos esperar el encontrar radioactividad en las rocas. Además, el universo tiene propiedades que parecen sugerir un comienzo repentino (“La Gran Explosión” o Big Bang), aunque la teoría de la Gran Explosión es rechazada por algunos científicos.

Dios estaba presente antes que toda criatura y toda cosa, aún antes de que existieran el espacio y el tiempo. Reconocemos el paso del tiempo por los eventos en el espacio. Si no hubiera espacio, no observaríamos ningún evento, y por lo tanto no habría tiempo. Así, que tuvo que haber un principio para el tiempo y el espacio, y Dios estaba presente en ese comienzo.

¿Quién es el Creador?

Jesús es el Creador. Juan 1:1-3 afirma que todas las cosas fueron hechas por el Verbo, identificado en el contexto como Jesucristo. El título “Verbo” describe el poder de Dios:

Isaías 55:11 “Así será mi Palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía, sino que hará lo que Yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.”

Hebreos 1: 2, 3 “… en estos postreros días [Dios] nos ha hablado por el Hijo, […] y por quien asimismo hizo el universo; el cual [el Hijo], siendo […] y la imagen misma de Su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la Palabra de su poder […]”  (La versión Nueva Reina – Valera 2000 lo expresa más claramente: “… Pero en estos últimos días [Dios] nos habló por su Hijo, […] por medio de quien hizo los mundos. El Hijo es […] la misma imagen de Su ser real, el que sostiene todas las cosas con su poderosa Palabra.”).

Estos textos indican que Jesús trajo al universo a la existencia a través del poder de Su Palabra.

¿Qué fue lo creado?

Dios hizo “los cielos y la tierra.” Las opiniones difieren de lo que esto significa. Algunos intérpretes consideran que “los cielos y la tierra” se refieren a todo el universo, mientras que otros prefieren considerar que se refiere solamente a nuestro planeta. Se han propuesto al menos tres interpretaciones:[3]

  1. Algunos consideran que Génesis 1:1 se refiere a la creación de un universo en un tiempo no identificado en el pasado, con la semana de la creación ocurriendo en un momento posterior (las teorías del intervalo).
  2. Algunos consideran que Génesis 1:1 es solamente una introducción al recuento de la semana de la creación, y que se refiere solamente a nuestro mundo.
  3. Algunos consideran que Génesis 1:1 se refiere a la creación del universo durante la semana de la creación.

Parece que nuestro mundo no fue la primera parte del universo en ser creada. La creación de nuestro mundo se hizo acompañada con alabanzas por los “hijos de Dios” (Job 38: 4-7). Tales “hijos de Dios” parecen ser los representantes de otros mundos (Job 1:6). Esto parece implicar la pre-existencia de otros mundos, lo que favorecería las interpretaciones A o B.[4] Esta posibilidad se ve reforzada por las evidencias físicas en forma de observaciones de estrellas que parecen estar tan lejos que su luz demoraría millones de años en llegar hasta nosotros.

¿Cómo creó Dios?

No se nos dijo el mecanismo físico a través del cual Dios creó, así que no sabemos cómo lo hizo. Sin embargo, se nos dijo que fue hecho por el poder de Su palabra (Génesis 1:3; Salmo 33:6; Hebreos 11:3). La creación por medio de órdenes es conocida como creación por decreto.

La creación por decreto parece ser un componente crucial de la enseñanza bíblica de los orígenes. Jesús trajo al universo a la existencia a través del poder de Su Palabra. Esto implica propósito o intención, y de manera creciente los científicos están reconociendo que el universo parece haber sido diseñado.

Génesis 1:2. Y la Tierra Estaba Desordenada y Vacía, y las Tinieblas Estaban Sobre la Faz del Abismo, y el Espíritu de Dios se Movía Sobre la Faz de las Aguas.

También sobre este texto difieren las opiniones.[5]

  1. Algunos han interpretado que esto significa que la tierra fue creada mucho tiempo antes, en un acto de creación no incluido en el relato de la semana de la creación. Permaneció oscura y carente de vida (vacía) hasta la creación descrita en Génesis. Esto es conocido como la teoría del “intervalo pasivo.”
  2. Otros creen que el texto se refiere al breve período de tiempo entre la creación inicial descrita en el primer versículo, y la creación de la luz en el versículo 3.
  3. Un tercer punto de vista (la teoría del “intervalo activo”) es que Dios no podría crear un mundo en caos, por lo que el mundo debió haber quedado “desordenado y vacío” después de una creación anterior.

Los proponentes de cualquiera de los dos primeros puntos de vista pueden encontrar apoyo en diferentes declaraciones de Elena White, pero el asunto permanece sin resolver. El tercer punto de vista no está respaldado por el texto bíblico, así que no lo seguiremos considerando.

¿Por qué Dios crearía una Tierra no completamente formada? Seguramente él podía haberla creado instantáneamente, en un momento, completamente poblada. Pero en vez de hacer esto, la creó en una serie de pasos, durante seis días completos. No pretendo saber qué tenía en mente Dios para actuar de esa manera, pero me siento impresionado por un aspecto de la historia de la creación: Dios tenía un plan. Primero la Tierra fue preparada para sostener la vida, luego la llenó de criaturas vivientes. Este proceso fue ordenado y realizado así con un propósito.

Algunos intérpretes[6] han propuesto una estructura en la narración: en los primeros tres días, la “tierra” fue “formada” con el propósito de sostener la vida, entonces en los segundos tres días fue “poblada.” Se puede ver un paralelismo entre el Primer día de la creación (luz) y el Cuarto día (sol); entre el Segundo día (atmósfera) y el Quinto (animales que vuelan); y entre el Tercer día (tierra seca y las plantas) y el Sexto (los animales terrestres). Sin embargo, este paralelismo me parece más bien imperfecto (por ejemplo, los mares fueron formados en el Tercer día, y llenados en el Quinto día, lo que indica que la estructura de la narrativa se basó en la secuencia real de los eventos, y no que fueron artificialmente ordenados para ajustarse al paralelismo.

Formando el Mundo: Preparación paa la Vida

DÍA[7] 1: Y dijo Dios: sea la luz, y fue la luz.

En el Día 1, se le dio la luz a la Tierra. No sabemos en qué forma se dio esa luz. Hay al menos tres posibilidades.[8]

  1. La luz provista en el Día 1 era la luz de la presencia de Dios. El sol no existió hasta el Día 4, cuando Dios lo creó.
  2. La luz provista en el Día 1 venía del sol. El sol fue creado junto con la Tierra “en el principio.”
  3. La luz provista en el Día 1 provenía de otra fuente desconocida, como pudo ser una supernova u otro evento astronómico.

Los proponentes de la primera interpretación pueden referirse a textos bíblicos donde la luz proviene de Dios (como por ejemplo, Isaías 60:20; Apocalipsis 21:23; Apocalipsis 22:5). Por otro lado, la segunda interpretación puede ser sostenida por la referencia a la tarde y la mañana de cada día (como por ejemplo se lee en Génesis 1:5), y a la afirmación de Elena White de que los días de la creación “estaban señalados por la elevación y la puesta del sol.”[9] La tercera posibilidad no ha sido examinada con profundidad, pero se menciona para recordarle al lector que Dios tiene métodos de los que podemos no ser concientes.

DÍA 2: Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y llamó Dios a la expansión cielos.

En el Día 2, se creó la “expansión” o “cielos.” Esto se identifica como el lugar entre las capas de agua, las que se supone sean las aguas en la superficie del planeta y las nubes. Estas están separadas por la atmósfera, que fue creada en el segundo día.

Algunos dirían que con “cielos” el registro bíblico se está refiriendo a toda la expansión llena de estrellas, porque el sol estaba “en la expansión.” Sin embargo, el texto debe ser interpretado como una descripción fenomenológica, de manera que el sol apareció en la misma región donde vuelan las aves. La existencia de otros mundos que precedieron al nuestro (Job 38: 4-7) parece favorecer la interpretación de que “cielos” se refiere a un área o volumen más restringido. Parece innecesario suponer que todo el universo separa nuestros océanos de una cubierta de agua “por sobre la expansión.”

Algunos otros han declarado que la referencia a “expansión” significa que los hebreos consideraban a la Tierra como una superficie plana, apoyada en pilares y cubierta con un domo metálico. Plantean entonces que esto invalida al registro de la creación porque ahora sabemos que la Tierra no estaba cubierta por tal domo metálico. Sin embargo, esto parece una incongruencia (non sequitur). Independientemente de lo que los hebreos pensaran de la estructura de la Tierra, las aguas de la superficie y las nubes parecen estar separadas por la atmósfera, y parece también razonable que fuera la atmósfera lo que Dios creó en el segundo día.[10] Nótese que Dios llamó a la expansión “cielos.”

DÍA 3A: Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó mares.

En el Día 3, las aguas de la superficie fueron reunidas para formar los “mares” y dejar expuesta la tierra seca, a la que Dios llamó “Tierra.” Nótese que “Tierra” aquí se refiere al terreno, y no a todo el planeta. Los cielos, y la tierra y el mar (como se mencionan tanto en Éxodo 20: 11 como en Apocalipsis 14: 7) ya están formadas y preparadas para recibir a los organismos vivientes. Ahora serán llenados.

El “Llenado” del Mundo

DÍA 3: Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.

La vegetación fue creada en el Día 3. Nótese aquí que se crearon diferentes géneros de árboles que dan fruto, cada uno con su propio fruto y este con su propia semilla en el interior. Algunos han propuesto que aquí se mencionan tres tipos de plantas: la “vegetación,” las “plantas que dan semillas,” y los “árboles que dan fruto.” Otros sostienen que “vegetación” es solamente un término general, y que en el texto sólo se comprenden dos tipos de plantas.

Ninguna de las interpretaciones parece tener significado teológico.

La frase “según su género” aparece aquí por primera vez en las Escrituras. Esta frase ha sido generalmente interpretada como un mandamiento divino para producir descendencia similar a sus progenitores. Sin embargo, no hay atisbos aquí de tal mandamiento. Aunque podemos ver fácilmente que la descendencia se parece a sus progenitores, la Biblia no registra un mandamiento divino de que debiera ser así. En este texto, “según su género” pudiera significar “teniendo cada uno su propio tipo de semilla.” De esta manera la descendencia de un tipo de planta podría diferenciarse de la descendencia de otros tipos de plantas. Incidentalmente, parece que los hebreos no creían que las plantas tuvieran vida, y probablemente por esto no consideran que la “muerte” de las plantas tenga algún significado moral.

DÍA 4: Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas.

Probablemente exista más controversia sobre los eventos del Día 4 que sobre cualquier otro evento de la creación. Se han propuesto al menos tres interpretaciones:[11]

  1. El sol y la luna no existieron hasta el Día 4. Antes de ese tiempo, la luz provenía de la presencia de Dios sobre la Tierra. La tarde y la mañana se producían por la rotación del planeta frente a la presencia de Dios.
  2. El sol y la luna existían antes del Día 4, pero estaban oscurecidos por gruesas nubes oscuras. Estas nubes fueron parcialmente disipadas para que en el Día 1 el planeta recibiera la luz, pero el sol en sí mismo no era visible todavía, en la misma manera en que no podemos ver el sol en un día completamente nublado. En el día 4, el sol y la luna quedaron visibles por primera vez.
  3. El sol y la luna existían antes del día 4, y pueden haber sido visibles en todos los días de la creación. Pero sólo en el día 4 se les designó “de señales para las estaciones.”

El texto no parece especificar cuál de las interpretaciones es correcta. Realmente no sabemos la respuesta. En cualquier caso, Dios sigue siendo el creador del sol y de la luna. Un evento ocurrió en el cuarto día de la creación, que resultó en el establecimiento de la luna y del sol como marcadores de unidades de tiempo, y para servir como señales de advertencia cuando Dios así lo determinara.

¿Fueron las estrellas creadas en el Día 4?

El texto no especifica el momento de creación de las estrellas. Se han propuesto al menos tres interpretaciones para la declaración concerniente a las estrellas.

  1. Las estrellas fueron creadas en el Día 4.
  2. Las estrellas también fueron creadas por Dios, sin importar el momento de su creación.
  3. Dios creó la luna para “que señorease en la noche” con las estrellas.[12]

El texto original hebreo es un poco ambiguo acerca de cuando fueron creadas las estrellas. La visibilidad de estrellas que están a más de 10,000 años luz de nuestro planeta parece favorecer las interpretaciones B o C.

DÍA 5: Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra.

Este texto se refiere al llenado de los mares y del cielo con criaturas vivientes. Una vez más, nótese el término “según su género.” “Según su género” probablemente pueda ser traducido como “de muchos tipos diferentes.” Esta interpretación sugiere que la biodiversidad estuvo presente desde el comienzo de la vida en las aguas y en el aire. No hay evidencias aquí de la creación de un único ancestro para producir a partir de él la biodiversidad a través de cambios evolutivos.

Nótese también que las aves y los animales marinos debían reproducirse y llenar los hábitats disponibles. No se plantea si la reproducción debía continuar una vez que la tierra estuviera llena. Si se hubiera cumplido el propósito divino, quizás la reproducción se habría detenido. Si hubiera ocurrido así, no habría necesidad de muerte. Si la reproducción debía continuar, la muerte entonces podría haber sido necesaria. Basados en las revelaciones de la voluntad de Dios para la nueva tierra, dadas en los capítulos 11 y 65 del libro de Isaías, y en los capítulos 21 y 22 del libro de Apocalipsis (Revelaciones), pienso que la muerte no era parte del la creación original, al menos no la muerte de los vertebrados terrestres, aunque existen diferentes opiniones al respecto. En cualquier caso, los sistemas ecológicos actuales parecen una base poco confiable para elaborar conclusiones sobre los sistemas ecológicos en un mundo sin pecado.

DÍA 6A: Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así.

En este momento la superficie de la tierra (sencillamente tierra en el registro bíblico) fue poblada con criaturas vivientes. Una vez más, las bestias fueron “según su género.” Se crearon diferentes tipos de criaturas simultáneamente, y la biodiversidad principal existió desde el mismo comienzo. Nada se dice sobre una biodiversidad evolucionando desde una sola forma ancestral, a pesar de que el lenguaje hebreo era capaz de expresar tal idea si esto hubiera ocurrido.

DÍA 6B: Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

Este pasaje es el fundamento lógico para muchas de las enseñanzas de las Escrituras. Los seres humanos son únicos en toda la creación. Sólo los humanos fuimos creados a la imagen de Dios. Sólo a los humanos se nos dio el dominio sobre la naturaleza, con la responsabilidad de gobernarla sabiamente. La Biblia enfatiza la naturaleza diferente del ser humano respecto a la de los otros animales. La singularidad de los seres humanos, especialmente su mente, también ha sido apercibida por los científicos.

DÍA 6C: Y a toda bestia de la tierra, y a todas las ves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer.

La vegetación había sido creada como fuente de alimento para los animales y para el hombre. No se menciona para nada la predación, lo que constituye otra razón que me hace inclinarme a la idea de que la reproducción debía detenerse una vez que se poblara toda la tierra, y que no habría necesidad de la muerte.

En este punto, ya la Tierra estaba formada y poblada. Cada acto de la creación había preparado el camino al siguiente. Puede verse así el propósito de Dios en la creación: la creación final del hombre y la mujer a la imagen de Dios. La culminación de la historia de la creación, el establecimiento del Sabbath (sábado, en hebreo la palabra significa descanso, N. del T.) se describe en Génesis 2: 2-3.

El Compañerismo de Dios con los Humanos

DÍA 7: Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.

La creación no estuvo completa hasta que se creó el Sábado, un día de compañerismo íntimo entre Dios y los seres humanos. Esta puede ser la razón por la que Dios creó todo en seis días en vez de hacerlo de forma instantánea. Estableciendo un ciclo de siete días, con el séptimo día como día de comunión y culto, Dios señaló su propósito en la creación: Él quería tener ese compañerismo especial con nosotros. A través de la narración, Génesis señala un plan a ser seguido. Dios tiene un plan: compañerismo con nosotros. Ese plan se vio interrumpido por el pecado, pero se reanudará cuando la tierra sea renovada.

Creación Bíblica: Buenas Nuevas

Apocalipsis 14: 6 nos muestra a un ángel (palabra que en griego significa mensajero, N. del T.) proclamando el evangelio, diciendo “adorad a Aquel que hizo.” ¿Por qué la creación bíblica es parte de las buenas nuevas de Apocalipsis 14: 6?[13] ¿Qué o cuáles elementos de la historia son especialmente importantes al mostrarnos que Dios es un amante Creador?

Considere por un momento la deprimente historia de nuestros orígenes en la manera como muchos la entienden. Según esta historia, los seres humanos somos producto de una larga historia de competencia y supervivencia de los más aptos. Somos simplemente los últimos en una serie de especies animales, cada una de estas especies más inteligentes y mejor adaptadas que las anteriores. Cada especie, incluyendo la nuestra, está condenada a la extinción cuando los cambios ambientales favorezcan la supervivencia de nuevas especies. Muchos de los científicos que han aceptado esta teoría han aceptado que no puede existir un Dios amante como se refleja en la Biblia. Esta puede ser una de las razones por  las que muchos científicos son escépticos respecto al cristianismo.

Muchos cristianos rehúsan a aceptar todas las consecuencias de la teoría de la evolución, y tratan de modificarla para hacerla más agradable. Proponen que la evolución es el proceso elegido por Dios para crear. Desafortunadamente, esto empeora la situación. De no tener un Dios en lo absoluto (lo que de por sí es malo), pasamos a tener un Dios malvado (lo que es mucho peor)[14]. La teoría de la evolución teísta propone que la depredación, la muerte y el sufrimiento han existido por millones de años antes de que existiera el primer hombre que pudiera cometer pecado alguno. La muerte, en vez de ser un enemigo a ser destruido, es una fuerza para mejorar. Aquellos que defienden esta teoría están obligados a declarar que el Dios de la Biblia eligió estructurar su creación en torno a la competición, de manera que los débiles fueran destruidos por los fuertes. Desde este punto de vista, no es el hombre, sino Dios el responsable de la muerte y el sufrimiento. Estas no son buenas nuevas para aquellos que están a la espera de una vida mejor en la nueva tierra.

Algunas personas pueden tratar de justificar el uso de la muerte por Dios afirmando que la muerte no es mala en sí misma. El sufrimiento animal y la muerte son permitidos en aras de un bien mayor. Los seres humanos no mueren realmente, sino que nuestras almas inmortales viven en otro reino o dimensión. Un alma inmortal añade nuevos problemas a la cuestión sobre la bondad de Dios. Un alma que no puede morir, pero que ha decidido rebelarse contra Dios, sería un problema eterno. Dadas estas circunstancias, sería razonable condenar a tal “alma” a pasar la eternidad en el infierno, como proponen muchos cristianos. La idea de Dios atormentando a sus enemigos por la eternidad tampoco son buenas nuevas para aquellos que aprecian la libertad de elección. Tal idea es irreconciliable con el Dios de amor revelado en las Escrituras y en la vida de Jesucristo.

Al percataenos de las implicaciones de la evolución teísta, podemos ver por qué la historia bíblica de la creación son en realidad buenas nuevas. Primero, son buenas nuevas el saber que el Dios Creador tiene poder absoluto sobre la naturaleza, como se demuestra en la creación por decreto. Como Dios tiene un poder ilimitado, podemos confiar en Él para que guíe nuestras vidas. Podemos orar a Él, sabiendo que será capaz de intervenir si tal cosa es lo mejor. Si la creación se hubiera realizado a lo largo de largas eras de cambios graduales, paso a paso, ¿cómo podríamos confiar en la capacidad de Dios para intervenir en nuestras vidas? Son muy buenas nuevas el que Dios haya creado todo por decreto.

La creación de los seres humanos a imagen de Dios es parte de las buenas nuevas. Nuestra creación a Su imagen establece un nexo especial entre nosotros y Dios. Este nexo especial explica el por qué Dios podría interesarse en rescatarnos de las consecuencias de nuestras malas elecciones. Si fuésemos solamente animales inteligentes, el producto de largas eras de cambios graduales, ¿por qué habría de poner Dios un valor especial en nosotros? Son buenas nuevas el que hayamos sido creados a la imagen de Dios.

Al final de la semana de la creación, Dios pronunció las palabras “bueno en gran manera.” Esta es una parte importante de las buenas nuevas sobre Dios, porque demuestra que Él no creó al mundo según las condiciones actuales. La voluntad de Dios para la naturaleza están descritas en textos tales como Isaías 11: 6-9, Isaías 65: 17-25, Apocalipsis 21: 1-4, Apocalipsis 22: 1-5, La muerte y el dolor, la depredación y los conflictos, serán todos abolidos, y establecido un reino de paz.

¿Pero qué pasa si el mundo está evolucionando hacia un estado mejor? Si el mundo estuviera mejorando, sería decir sin decirlo que todo comenzó muy mal. Un mal comienzo no son buenas nuevas sobre Dios. Son buenas nuevas el que Dios le dio a nuestro mundo un buen comienzo, y que lo restaurará a una buena condición, tan pronto como sea posible sin violar nuestra libertad de elección.

Las buenas nuevas incluyen otras ideas de Génesis 1-11. El séptimo día, sábado, es un recuerdo semanal de nuestros orígenes, y de nuestra relación con el amante Creador. Es un símbolo de la fe en el poder creador de Dios. El sábado también es parte de las buenas nuevas.

La historia de nuestro fracaso moral es una parte importante de las buenas nuevas. Nuestro fracaso moral explica el por qué nuestra existencia está tan llena de miseria, sufrimiento y muerte. Dios aprecia la libertad de elección, y por ello nos da la capacidad de elegir entre el bien y el mal, y de experimentar las consecuencias de nuestras elecciones. La muerte y otros males vinieron como resultado de nuestra propia elección, no porque Dios fuera malvado en su naturaleza. Dios desea rescatarnos de nuestra miseria, y ha provisto un amoroso plan para redimirnos. Son buenas nuevas el saber que Dios no es malvado, y que él hará desaparecer la maldad del universo.

El Diluvio demuestra que Dios es capaz de intervenir, que está deseoso de hacerlo, y que todos los males serán corregidos. Esto nos brinda confianza en que Dios intervendrá para eliminar al mal y a sus resultados. Estas también son buenas nuevas.

Conclusión

En la perspectiva presentada aquí, la historia de nuestros orígenes es una parte vital de nuestra comprensión sobre nosotros mismos y nuestro mundo. Aunque muchos de los detalles de la creación no sean bien comprendidos, la historia de los orígenes presentada en Génesis aporta las bases lógicas, los mejores fundamentos, para el evangelio. Tanto la ciencia como las Escrituras contienen muchos misterios, pero podemos ver lo suficiente como para comprender que la creación fue el resultado de una acción intencional y sobrenatural de un amante Creador, y podemos compartir estas buenas nuevas con otros.

Todas las citas bíblicas han sido transcritas según la Santa Biblia Reina – Valera, versión 1960, a menos que se indique lo contrario, por ser la de más amplia divulgación y uso en el mundo hispano (Nota del Traductor).

Referencias

[1] Basado en una conferencia presentada en el 23er Seminario de Fe y Aprendizaje, en la Universidad de África Oriental, celebrado entre los días 22 de noviembre al 4 de diciembre del año 1998. Las fuentes citadas aquí son solamente de autores adventistas. La literatura completa al respecto es muy amplia. Una publicación de un autor adventista que presenta muchos de estos puntos desde una perspectiva diferente es: Herr, Larry G. 1982. Genesis One in historical-critical perspective. Spectrum 13(2):51-62. Una lista de referencias sobre el significado de Génesis, escrita por teólogos adventistas, puede ser encontrada en assets/public/resources/ref_theosda.htm.

[2] Cada uno de estos puntos es afirmado por Elena White. Un pasaje particularmente interesante está en Testimonies, Volumen 8, páginas 255-261.

[3] Andreasen, N-E. 1981. The word "earth" in Genesis 1:1. Origins 8:13-19 (Traducción al español en Ciencia de los Orígenes 71, 2006). Para una discusión del versículo completo, ver Hasel, Gerhard F. 1971. Recent translations of Genesis 1:1, a critical look. Bible Translator 22:154-167.

[4] Elena White afirma claramente que existían otros mundos antes de la creación del nuestro (por ejemplo, en Patriarcas y Profetas, pág. 41).

[5] Widmer, Myron. 1992. Older than creation week? Adventist Review 169 (agosto 13):4.; para una discusión del término “Espíritu de Dios,” véase: Krautschick, Simon. 1994. The definiteness of the construct chain 'Ruach Elohim' in Genesis 1:2. Tesis Master, Andrews University, Berrien Springs, Michigan.

[6] Véase, por ejemplo (a) Weiss, H. 1979. Genesis, Chapter One: A theological statement. Spectrum 9(4): 54-62; (b) Davidson, R.M. 1987. The theology of creation. Manuscrito no publicado de una charla presentada el 17 de julio de 1987, en la convención de Educación del Geoscience Research Institute, Brianhead, Utah, EEUU.

[7] El significado de la palabra “día” ha sido muy polémico. Un buen análisis está en: Hasel, G.F. 1994. The "days" of creation in Genesis 1: Literal "days" or figurative "periods/epochs" of time? Origins 21:5-38 (Traducción al español en Ciencia de los Orígenes 40-41, 1995.)

[8] Herr, Larry G. 1985. Why (and how) was light created before the sun? Adventist Review 162 (Noviembre 21): 8-9. Consúltese también las páginas 315-318 en el texto Roth, A.A. 1998. Origins: Linking science and Scripture. Hagerstown, MD: Review and Herald Publishing.

[9] White, Ellen G. Testimonies to Ministers, p. 135-136.

[10] Una perspectiva diferente es presentada en Herr, 1982 (véase la Nota al final 1).

[11] Véase las referencias en la Nota 8.

[12] Una buena presentación de esta interpretación está en: House, Colin L. 1987. Some notes on translating ["and the stars"] in Genesis 1:16. Andrews University Seminary Studies 25:241-248.

[13] Véase Baldwin, J.T. 2000. Creation, Catastrophe and Calvary. Hagerstown, MD: Review and Herald Publishing.

[14] Véase: (a) Gibson, L.J. 1992. Theistic evolution: Is it for Adventists? Ministry 65(1):22-25; (b) Terreros, M. 1996. The Adventist message and the challenge of evolution. Dialogue  8(2):11-14.